Córdoba

Noticias a Contracorriente

Las historias en Córdoba saben a abundancia, sostenidas en personas de voces poderosas, de hablar fluido, de entretener fácil. Ellos se saben mirando el mar, pero no pierden el vínculo con el río, la sabana y el valle del Sinú. Montería se enriquece con cordobeses venidos de tierras más profundas que, en muchos casos, llegaron sin quererlo.

A finales de los años 60 el Estado promovió la organización campesina mediante la conformación de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), una iniciativa para poner en marcha un proyecto de reforma agraria. En Córdoba, la organización campesina estuvo acompañada de ingeniosas estrategias de comunicación.

En los 80 las agresiones contra la prensa aumentaron. En Córdoba se estaba reconfigurando el poder. Muchas personas tuvieron que salir de Tierralta, Canalete, Buenavista o de algunos de sus poblados: Volador, El Tomate, La Mejor Esquina. Pequeños pueblos recordados porque allá, en 1988, llegaron los hombres de Fidel Castaño a realizar masacres.

Germán Gómez inició en 1962 la transmisión de La Voz de Montería, una de las emisoras más legendarias de Córdoba. Una década después, cuando ya se habían instalado algunos actores del conflicto en la zona, Gómez fue secuestrado y posteriormente asesinado. Este fue uno de los momentos más difíciles de la emisora, pero tan solo su primer encuentro con la violencia.

Antes del surgimiento de El Meridiano, Poder Costeño era el periódico más importante del departamento y parte de la región Caribe. Yadala Jalilie Silva fue su fundador y principal periodista hasta su cierre a mediados de los 90. Los periodistas y académicos que pasaron por sus páginas convirtieron a este semanario en el principal espacio de información y opinión en Córdoba.

El público no ha dejado de leer para informarse pero sí de comprar periódicos para hacerlo. Los que todavía se venden en Montería pertenecen a la misma empresa periodística: El Meridiano y El Propio. Este último vende un mayor número de ejemplares, y trae noticias de barrio que la gente consume con voracidad cuando registra un hecho protagonizado por algún vecino.

Jorge Otero es un periodista veterano, que no puede dejar el oficio, no porque le falten ganas de hacerlo, sino porque es difícil desprenderse de lo que se ha hecho toda la vida. Ha ejercido como redactor, cronista, caricaturista, y director de medio propio. Su historia, con los respectivos matices, se repite no solo en Córdoba, sino en el resto del país: los periodistas de antaño siguen asistiendo a las cabinas de radio y las salas de redacción.

Los periodistas saben más de lo que informan. El silencio se ha convertido en una estrategia de supervivencia frente a las presiones que llegan no solo de actores armados, sino también desde sectores económicos y políticos. En este contexto, se narra pero no se profundiza; se dice pero no se cuenta. Salvo algunas importantes y valiosas excepciones, la historia de los últimos 30 años del periodismo en Córdoba ha enseñado a respetar el poder, no a cuestionarlo.

  • Entrevistas y contenido:

  • Victor Negrete
  • Magola Gómez
  • Emisora La Voz de Montería
  • Hamid Jalilie
  • Jorge Otero

Conflicto armado en Córdoba

La historia de las últimas cinco décadas del departamento de Córdoba recoge buena parte de los actores y factores que han avivado el conflicto armado en Colombia. Tanto insurgencias como grupos paramilitares han ejercido dominio militar y político en la zona.

En los años 70, Córdoba fue escenario de la consolidación del EPL, tiempo después, las FARC ocuparía espacios al interior del departamento. La diversidad de rutas de salida para la cocaína convirtió el departamento en un corredor geopolíticamente estratégico para dinamizar parte del negocio del narcotráfico. A estos factores se sumó la lucha por la apropiación de la tierra en las sabanas, costas y serranías cordobesas, que también es un elemento esencial para comprender la dinámica violenta que envolvió el departamento.

Los 80 fue una década de consolidación de uno de los proyectos anti-insurgentes más importantes del país, que tuvo asiento en este departamento. A la cabeza de los hermanos Castaño, la disputa por el territorio al interior de Córdoba se iba a incrementar a partir de 1988, con masacres y asesinatos selectivos que generaron un enorme desplazamiento a Montería.

A partir de ese momento, el paisaje de la ciudad cambió pues se inauguraron barrios como El Dorado, La Candelaria o Rancho grande y, entre otros, Cantaclaro: uno de los asentamientos involuntarios de población más grandes de Latinoamérica.

Movimiento Campesino- Folletos

Grandes terratenientes acumularon miles de hectáreas explotando a campesinos que se volvieron arrendatarios, jornaleros o desplazados sin tierra. Junto a este fenómeno apareció un mecanismo de seguridad privado que contaba con la bendición de las administraciones públicas de la región, que a su vez pertenecían al grupo sociopolítico de los terratenientes.

En este ambiente de inconformidad general por parte de sectores populares, campesinos y grupos políticos de izquierda, llegó Orlando Fals Borda a Montería en marzo de 1972. Su llegada y las iniciativas que ya se estaban gestando en el departamento impulsaron el movimiento campesino y el inicio de un proceso de construcción y aplicación de la Investigación-Acción Participativa (IAP).

Los medios de comunicación fueron fundamentales para propagar la lucha campesina en todo el territorio. Folletos ilustrados por Ulianov Chalarka, cartillas con fotografías, proyecciones en veredas que no tenían luz, grupos de teatro, un noticiero campesino grabado en casetes a cargo del escritor David Sánchez Juliao y las canciones vallenatas de Máximo Jiménez fueron los más comunes.

Víctor Negrete, investigador social y periodista, cuenta cómo se utilizaron los medios de comunicación para difundir el movimiento campesino en Córdoba.

Violencia contra medios y periodistas

Las masacres, ese nuevo fenómeno de violencia, fueron registradas por algunos medios como Poder Costeño o El Universal. El 11 de noviembre de 1988 fue asesinado el periodista Oswaldo Regino Pérez, quien dirigía un programa en la emisora Ondas de Urrá. Ese mismo año había cubierto las masacres perpetradas por los paramilitares.

Seis han sido los periodistas asesinados en el departamento de Córdoba, por razones vinculadas a su oficio, entre 1988 y 2010. Oswaldo Regino Pérez, en 1988; William Bendeck Olivella, en 1989, quien trabajaba en La voz de Montería y había denunciado infiltración del narcotráfico en el asesinato de Luis Carlos Galán y anunciado la llegada de Gonzalo Rodríguez Gacha a la región; José Domingo Cortés Soto, de la emisora Ondas de Urrá, en 1992 fué asesinado presuntamente por guerrilleros.

Gabriel Cruz Díaz, corresponsal de El Heraldo y El Espectador, fue asesinado en 1995, año en el que se encontraba trabajando en un libro sobre las actividades militares en contra de la izquierda de la región; Gustavo Rojas Gabalo, en 2006; y, Clodomiro Segundo Castilla, quien Dirigía la Revista El pulso del Tiempo, fue asesinado por desconocidos en 2010. En ninguno de esos casos se ha hecho justicia.

La memoria de los periodistas asesinados en Córdoba es diversa, algunos recuerdan a ciertos periodistas y detallan una u otra característica. Pero cuando se habla de Gustavo Rojas Gabalo, “El Gaba” todos dicen “Pra, Pra, Pra, Pradaaa”, como solía denunciar la corrupción de un alcalde en Córdoba. Con voz y estilo de animador de caseta, “El show del Gaba”, encontraba en la irreverencia popular la mejor manera de criticar a los políticos de la región.

Como sucede en otros departamentos, en Córdoba, los periodistas son sigilosos y muchas veces prefieren callar antes exponerse a problemas. La censura no lo cubre todo, pero es un elemento que se encuentra en el ambiente. En investigaciones de la FLIP, con periodistas de la Costa Caribe, se ha mostrado que los temas relacionados con el paramilitarismo siguen causando temor y autocensura, a pesar de la desmovilización de esos grupos.

La Voz de Montería

Hasta hace un par de décadas en la historia de los medios de comunicación, la adscripción partidista era habitual, casi indispensable. En esa época de trapos azules y rojos, La Voz de Montería, se asumió liberal, y después, defensora del Nuevo Liberalismo, de Luis Carlos Galán Sarmiento.

En Colombia muchos hechos de violencia se unen, son cuerdas que entran en contacto. Después del asesinato de Galán, La Voz de Montería, realizó fuertes denuncias sobre la responsabilidad de narcotraficantes en el asesinato del líder político. El 13 de octubre de 1989, fue asesinado en la entrada de su casa William Bendeck Olivella, periodista de la emisora.

A pesar de la violencia y las amenazas, La Voz de Montería ha estado al aire durante más de 50 años. Su permanencia y las generaciones de periodistas que han pasado por ahí la convierten en una escuela de periodismo para el departamento.

Magola Gómez, directora de la Voz de Montería, cuenta la historia de la emisora, el movimiento liberal y el periódico La piragua.

El poder costeño

Este periódico fue uno de los primeros en informar sobre la violencia paramilitar que llegaba en los 80. En sus páginas se registraron las continuas masacres que se presentaron en 1988.

A pesar de la importancia de este periódico y su prolongada vigencia, dar con él no es fácil. No hay biblioteca o archivo que lo conserve y en el cual se pueda consultar, tan solo algunos ejemplares sueltos que dan idea de lo esencial que fue en su tiempo. Queda el lamento de no poder visitar esos años a través de sus páginas. Como sucede en otros lugares del país, los archivos del periodismo se están perdiendo y con ellos parte de nuestra memoria.

Hamid Jalilie, uno de los hijos de Yadala Jalilie, quien también trabajó en el periódico, se ha dado a la tarea de reunir ejemplares, que muchas veces llegan de la colonia cordobesa de Medellín o Bogotá. Pese a los años que ha invertido en esta labor, reconoce que sólo tiene alrededor de un 20% del total del archivo del periódico.

Hamid Jalilie, hijo del periodista Yadala Jalilie, cuenta la historia del periódico Poder Costeño y la autocensura del medio por el riesgo que representaba hacer denuncias.

Lecturas del periodismo

Los medios digitales parecen tener una gran acogida. Aunque recientes, varios han conseguido la estabilidad que les hace falta a los medios más tradicionales. Tan solo en Montería existen 15 medios digitales. Ante la precaria asignación salarial que encuentran los periodistas en algunos medios tradicionales, varios profesionales han optado por abrir su propio proyecto periodístico, incrementando así el número de medios digitales.

La radio es el medio que más presencia tiene con más de 40 emisoras en todo el departamento, la mayoría ubicadas en Montería. Sin embargo, las regiones comunicativas traspasan las fronteras departamentales. Hay emisoras de Montería que se escuchan más en el sur de Córdoba que en la misma ciudad, y voces de periodistas más reconocidas por pobladores a muchos kilómetros de distancia de sus cabinas de radio.

Las mujeres en Córdoba se destacan en el ámbito periodístico. Varias de ellas tienen una amplia trayectoria y han trascendido el escenario regional. Sin embargo, estas periodistas, como ocurre en el resto del país, tienen que derribar cotidianamente estereotipos y soportar violencias “sutiles” de parte de colegas y fuentes que deben cubrir. En el departamento, únicamente el 27% de los periodistas son mujeres, según investigaciones de la FLIP.

Víctor, un repartidor de periódico al que le dicen el "El Propio", cuenta cómo llegó a ser vendedor de prensa y como se mueve la venta en Monteria.

La independencia. Jorge Otero

Takasuan fue el primer periódico que hizo Jorge y el primero que existió en Chinú, Córdoba, en 1984. Para sacarlo Jorge invirtió todos los ahorros, los mismos que después de cuatro números perdió, porque los patrocinadores se dieron cuenta que “no era un periódico floripondio”, sino de corte crítico y espinoso.

Las caricaturas de Jorge además de aparecer en medios propios, estuvieron presentes en El Espectador, El Universal, El Heraldo, Agenda Noticiosa, Poder Costeño, y El Meridiano. Fue en este último periódico, donde tuvo que rectificar una caricatura y ofrecer disculpas por publicarla.

En junio del 2012, Jorge lanzó 4a Opinión, un periódico político y social que llegó al número 72. Este periódico se realizó sin rotativa: Jorge imprimía entre cuatro y seis páginas a doble carta en Montería y luego las cosía con grapas. “El periódico era caliente y se leía por todas partes”. Cuando Jorge se enfermaba, se enfermaba todo el personal de 4a Opinión.

El periodista y caricaturista Jorge Otero, habla sobre su trayectoria y las dificultades que tienen los periodistas de provincia.