Los 50:
El periodismo más allá de las llamas

A finales de los años 40, la violencia política que crecía en el campo llegó a la ciudad, “El Bogotazo” fue prueba incontrovertible de su arribo. La disputa violenta entre liberales y conservadores impulsó un gobierno militar que restringió las libertades de la prensa. Las casas periodísticas, inmersas en opiniones bipartidistas, fueron objeto de ataques por parte de la ciudadanía, que disminuyeron con la dictadura de Rojas Pinilla, quien, a su vez, ordenó el cierre de importantes periódicos y pasó a ser el principal censurador de la prensa.   

A finales de la década se instauró el Frente Nacional como alternativa a la violencia política. El nuevo clima político permitió novedosos tratamientos de la información, menos convulsionados y distanciados de la anterior disputa bipartidista.

Incendian periódicos liberales

Bogotá, 6 de septiembre de 1952

La tarde del 6 de septiembre la Avenida Jiménez parecía una hoguera. Después del funeral de sus compañeros, asesinados en Rovira, Tolima, el 2 de septiembre, algunos policías emprendieron una retaliación contra los medios liberales: El Tiempo y El Espectador. Primero atacaron la sede de El Tiempo, en la Avenida Jiménez con carrera séptima, y luego, la sede de El Espectador, un par de cuadras más arriba, en la que usaron dinamita y gasolina. Según los relatos, unos cien uniformados dispararon, lanzaron piedras y saquearon las instalaciones.


El Espectador tuvo que esperar diez días para volver a circular. La edición incluyó una fotografía del busto de su director con un escrito que contó la resistencia del diario y la pérdida de su archivo que se quemó en el incendio.

Atentado contra Vanguardia Liberal

Bucaramanga, 10 de enero de 1953

El 10 de enero Vanguardia Liberal vivió, según palabras de su director, “un pequeño 9 de abril”. Un grupo de hombres armados entró a la sede del medio y detonó tres artefactos explosivos para acabar con el diario.

El silencio duró solo un día. El 12 de enero Vanguardia Liberal tituló: “¡Aquí estamos! Tan firmes como el primer día. La pluma de los que defendemos la democracia no se destruye con el ruido del terror organizado”.

Pieza creada por el equipo de la FLIP.

Cierre de El Tiempo

Bogotá, 4 de agosto de 1955

Roberto García-Peña director de El Tiempo envió un cable al diario El Comercio de Ecuador sobre la muerte de Emiliano Correa, director de El Diario de Pereira, en el que afirmaba que había sido asesinado por bandoleros conservadores. Rojas Pinilla desmintió la información y exigió una rectificación en la primera plana del periódico, pero García-Peña se negó y mantuvo su posición. El General lo consideró una afrenta y ordenó la militarización de la sede y el cierre de El Tiempo el 4 de agosto de 1955.

El periódico permaneció cerrado por casi dos años, hasta el 8 de junio de 1957. Durante ese tiempo, y para continuar con su proyecto periodístico, Eduardo Santos decidió crear la Casa Editorial El Tiempo y lanzar Intermedio
El día que concluyó Intermedio publicó la siguiente editorial: “No es una despedida la que estamos escribiendo. Mañana reanudaremos la batalla desde otra trinchera y ya al amparo de más propicios signos... Vamos hacia adelante, hacia esa nueva república renacida del caos, del dolor y la desesperanza. El intermedio ha concluido. Va a alzarse el telón".

Fotografía del archivo de El Tiempo del 07 de septiembre de 1957.

El Independiente

Bogotá, 20 de febrero de 1956

El gobierno de Rojas Pinilla acusó a El Espectador de irregularidades contables y tributarias a las que el medio no pudo responder porque el gobierno prohibió la circulación de editoriales que brindaran explicación.

Ante este panorama El Espectador cerró y circuló bajo el nombre de El Independiente, periódico que concluyó sus actividades el 31 de mayo de 1958, cuando el diario retornó a su nombre original.

El Independiente e Intermedio fueron estrategias utilizadas por los dos periódicos de mayor circulación en el país para poder avanzar en medio de la dictadura y la censura impuesta por Rojas Pinilla.

Fotografía del archivo de El Espectador del 28 de abril de 1958.

Asesinato de Héctor Echeverry Cárdenas

Ibagué, 14 de junio de 1957

El 14 de junio de 1957, Héctor Echeverry Cárdenas fue asesinado frente a las instalaciones de Tribuna, diario del que era director y periodista. De acuerdo con testigos, el asesino fue un hombre que supo ocultar su rostro, llegó en un jeep, disparó y huyó.


Tribuna, fundado en 1943, era de tendencia gaitanista y fue el primer diario en entrevistar guerrilleros liberales antes de la firma del acuerdo de paz en 1957. Héctor Echeverry fue acusado de colaborar con las guerrillas del Tolima y detenido por militares en el gobierno de Rojas Pinilla. Su asesinato quedó impune.